El 15 de mayo partí de Maiquetía hasta Medellín en búsqueda de una peor arepa y la conseguí. Llegué temprano, 1pm, y en retrospectiva creo que debí descansar ese día, sobre todo porque al siguiente tenía que tomar un vuelo a Miami. Pero no, no, no, por el cu---perdón, me dejé llevar.
“Estoy en Medellín, tengo que ir a la Comuna 13”, pensé. “Hoy se presenta Nanutria”, también pensé. “Tengo que ir a ambas”, me sentencié. Lo hice y, más allá del taxista que se quejaba porque las prepagos venezolanas “le están quitando trabajo” a las colombianas, la pasé bastante bien.
El 16 llegué en búsqueda de una peor xenofobia y la conseguí. Debí haber descansado porque al día siguiente tomaría un vuelo a Atlanta a las 8 am, pero fui a un cumpleaños en un restaurante de carne del Doral hasta la 1am. Más allá de que la cantante de covers era una lesbiana homofóbica y trumpista – el único problema es la ironía – que regañaba a la audiencia por escuchar reggaetón, la pasé bastante bien.
El 17 y 18 abrí los shows en Atlanta de Angelo Colina y Poly Díaz. También vi un tiburón ballena en el Acuario de Georgia e hice stand up en inglés por primera vez. En sitios distintos, porsia. Fue un fin de semana increíble, agotador y energizante a la vez, sobre todo porque pasar 48 horas tratando de evitar la palabra negro te mantiene al borde. No porque quisiera ofender a alguien, sino porque ese era el color de mi franela y de mis zapatos y de muchas otras cosas pero uno sabe dónde está parado y todo se puede malinterpretar.
Debí haber descansado cuando llegué a Miami el 19, pero tenía que hacer un video sobre quedarme en un Airbnb sacado de Get Out y tenía que hacer otro sobre mi primera vez presentándome en inglés para que todos sepan que sé conjugar el participio.
El 20 volví a actuar en inglés, el 21 volví a editar un video haciendo stand up en inglés.
El 22 fui a Chicago para dormir en un hostal junto a 3 extraños después de abrir el show de Chris Andrade. Dormí 3h y el 23 volví a Atlanta con Manuel Ángel, luego el 24 volví a Chicago con él y el 25 dirigí la grabación de dos funciones para su primer especial de crowdwork. Todo salió increíble, la pasé increíble, hasta que los comediantes locales me dieron de probar el famoso Malört–bebida alcohólica que combina el sabor del chimó con la próstata de Satanás y solo se hace en Chicago– y quise fallecer.
El 26 volví a Miami y debí haber descansado, pero tenía que terminar un vlog sobre si vale la pena o no crear en Venezuela. Lo vale 100% más que descansar, que no vale un carajo. Es lo peor que un ser humano puede hacer después de cobrar por una lonja de papel toilet. 99% seguro no se dice lonja, pero me niego a preguntarle a ChatGPT.
El 27 me enfermé, obviamente.
El 28 me presenté en el show de Chiste Interno, el 30 fui a Houston en búsqueda de la ciudad más aburrida del mundo y la encontré. El 31 fui a Chicago en búsqueda de la ciudad perfecta y la encontré pero después me morí de hipotermia y un indigente me orinó para mantener mi temperatura corporal. Fue un momento tan insalubre como hermoso. Al día siguiente tomé dos vuelos para hacer un show a 20 personas en Nueva York y estoy agradecido con cada una de ellas. Al día siguiente tomé un vuelo de 6h a Panamá para hacer un show ante 90 personas y 99° centígrados y agradezco cada gota de humedad. Al día siguiente viajé a México en búsqueda de una solución a mi estreñimiento y lo conseguí. De hecho, entre tacos, chilaquiles y enfrijoladas, la conseguí demás.
En México grabé con Nadia y Jose y ayudé en un sketch de El Cuartico. Antes de mi show el 12, sentía que podía estar más tranquilo, compartiendo entre amigos que tenía tiempo sin ver, oliendo olores que tenía una vida entera sin oler, y viendo gente besarse apasionadamente en la calle porque allá la gente come frente al que no tiene para comer.
Lo hice y fui feliz. Fui al Museo de Antropología, al Jumex y al Sumaya. A la Biblioteca Vasconcelos, las pirámides de Teotihuacán, el mercado de Lagunillas y el Zócalo…pero siempre llevé mi cámara para grabar contenido porque sino no cuenta. Porque si disfruto y no grabo, no tengo pruebas ni contenido para más tarde y sin contenido no soy un creador, solo un turista más y, exceptuando el salvavidas en las Olimpiadas, no hay nadie más inútil.
Nadie es inútil pero por alguna razón yo tengo un miedo gigantesco de serlo.
El 13 de junio pude regresar a Estados Unidos contra toda venezolanidad para asistir al festival Miami Es Un Chiste. Allí me presenté cuatro veces, vi los 23 shows, compartí con un sinfín de comediantes que admiro, empecé a admirar a otros que desconocía, y grabé material documental que incluye backstage, entrevistas, y nuestra lucha contra un sol que da ganas de ir a la playa durante 1h y vivir en un sótano las otras 23. Fue tan espectacular como agotador e insolador. 100% no existe esa palabra, ya me lo dije ChatGPT.
Apenas terminó el festival volé a Medellín para hacer mi show el mismo 22 y volver a Caracas el 24. Tengo 5 kilos menos y una sonrisa. Me quedo con la sonrisa, aunque debería tomarme un batido de proteína.
El 25 debí dormir todo el día, pero accedí a una reunión a las 9am. Terminó a las 11 y pude dormir después de eso, pero empecé a escribir promos y nuevos chistes y nuevos sketches enseguida.
El 26 pude descansar pero grabé las promos y el sketch y lo edité y publiqué y escribí chistes por inercia.
Hoy es 27 y escribo esto con la cabeza nublada. La mitad del cerebro me pide unas vacaciones, la parte jefe se inventa excusas para seguir corriendo: que faltan más videos, más chistes, más shows, que si no publico el algoritmo, o mejor aún una entrada del newsletter espero que esta cuente, que si se me dañó otra vez la Captiva, que si debería vender la Captiva – creo que sí – que si los astros dicen que el 2025 es mi año, que si paro y pienso pienso que me da miedo parar, ¿estoy huyendo de algo?, ¿por qué le tengo tanto miedo a ser pobre?, ¿por qué pienso que si paro unos días voy a ser pobre? ¿si soy pobre sería por fin calle? Supongo que siempre he querido ser más calle.
Estoy cansado, jefe. Quiero seguir, pero quiero parar. Quiero correr más rápido, pero quiero dormir mejor. Quiero una gira más larga, pero quiero quedarme en casa a ver películas con mi novia. Quiero hacer mis películas. Quiero soñar en grande, pero no quiero volverme un extraño. Quiero pensar en el futuro, quiero honrar mi pasado, quiero dejar de ser tan intenso dios mío qué mariquera es esta viva el fútbol, Kendrick Lamar y la creatina.
Quizás funciona si vemos el descanso como una nueva meta. Hoy me propones descansar más. Hoy me propones no proponerme nada por un día. Pero el jefe soy yo y ya me puse otros vuelos, así que sonrío y duermo en el avión. Quizás el día llegue después de migrar porque ahora es lo que quiero. Y pa’ migrar hay que chambear. Y al migrar hay que volver a chambear para crecer. Y al crecer hay que volver a chambear para seguir creciendo y después…
Creo que mejor aprendo primero a solo existir.
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Pronto me despido, pero antes pasaré con un show más en San Cristóbal, Mérida, Maracaibo, Valencia, Barquisimeto, Maracay, Lechería y Caracas, donde además grabaré mi segundo especial de comedia. Todo en carlosjelambi.com
Tranquilo, dale que estas joven y este es el momento. Lo que avances ahora se te multiplica a futuro. Llegara un dia (yo tengo 43 y ya estoy ahi) que aunque quisieras hacer mas el cuerpo no te da. Entonces miras lo que has construido (cosas, carrera, pero tambien relaciones) y dices, que bueno que inverti al principio. Ahora no es que puedo quedarme sin hacer nada, pero puedo hacer hasta donde el cuerpo me da, y eso esta bien.